miércoles, 27 de febrero de 2008

Yo ya he ganado

No, no me he muerto, ni me ha tocado la lotería (más quisiera) ni me he secado ni nada por el estilo. Digamos que las evaluaciones y recuperaciones y mosqueos y padres y madres y tutores legales de mis alumnos se han metido en medio de mi vida sin intención de soltarme (y que mi hermano se ha comprado una wii, pero eso es algo que negaré en público, que la imagen va siempre por delante).

Está a punto de fallarse el premio Barco de Vapor, en el que participo y, aunque no tengo ninguna esperanza --es un premio demasiado grande como para ganarlo así, porque sí, sin comerlo ni beberlo-- sí que tengo curiosidad por saber qué novela ha quedado ganadora y en qué se parece o difiere de la que he presentado.

La verdad es que presentarme a ese premio fue una de las mejores decisiones que tomé el año pasado. No me preguntéis por qué, porque no tengo ni idea, pero cuando empecé a mover CarPa por abril del año pasado (a excepción de un par de cuentos) dejé de escribir completamente, no es que me bloqueara, ni que se me quitaran las ganas, no sé exactamente por qué, pero dejé de hacerlo. No os voy a engañar, de un puntito de eso es culpable la desazón que me entró al no obtener respuesta. Hasta ahora en mi vida me había bastado con querer algo y trabajar mucho por ello para conseguirlo. Me había pasado siempre con los estudios, con las oposiciones (con las chicas...)

Así que eso de enfrentarte a algo, currártelo, ponerle todo el interés y no conseguirlo, digamos que me frustró un poco bastante mucho y me quitó, si no las ganas, sí la energía y la concentración para hacerlo. Estoy seguro que durante esa época perdí pelo y todo (bueno, más pelo que de costumbre).

Entonces cuando la siempre dispuesta Adhara me propuso que por qué no hacíamos nuestro propio NaNoWriMo de Verano no me lo pensé dos veces. No sé cómo llegó la idea de la novela a mi cabeza ni por qué decidí hacerla, pero ahora me alegro. La novela acabó siendo una novela que a mí me hubiera gustado leer cuando tenía la edad correspondiente (nunca le hubiera dicho que no a una novela con una casa encantada que luego no resulta serlo, amistad y un poquito de rito del pasaje) y ahora estoy contento con ella porque al final resultó ser un reto. Escribir teniendo en la mente como lector a un niño (aunque seas tú mismo de niño) fue un reto mucho mayor del que esperaba y me alegra haber descubierto que también podía simplificar la forma de las ideas para limpiarlas de toda floritura e ir directamente al grano. Fue un ejercicio de estilo bastante útil, la verdad. Así que, como siempre, Adhara me obligó, yo acepté y acabé ganando porque volví a escribir y no hay mejor premio que ese (tuvo también su parte de culpa nuestra querida Care y su Muerte de Venus, que me hicieron ver que la literatura también podía ser aquello que a mí me gustaba y a lo que yo aspiraba)

Así, ¿el Barco de Vapor? Yo ya lo he ganado, oigan.

3 comentarios:

leo dijo...

Leo tus palabras con emoción, Fer, pues me siento taaaaan identificada con casi todo lo que escribes. Te comprendo muy bien, de veras.
Este camino que "nos ha escogido" es maravillosamente duro. Sobre todo, porque nos obliga a enfrentarnos casi a diario con nosotros mismos, con nuestros fracasos cotidianos, con las pequeñas o grandes mezquindades. El éxito es para quien persevera en ese exorcismo y sale fortalecido. Y después se atreve a exponerse al resto del mundo. (Bueno, y para los enchufaos, pero es un éxito de pacotilla).
Deseo que ganes ese premio. Cruzaré los dedos.
Un abrazote.

El Desván de las letras dijo...

Enhorabuena Fernando.
Por lo que te leí, veo que tienes a alguien que te sabe tirar de las orejas. Son tirones dulces pero diestros.
El dinero justo y necesario para vivir dignamente sin dañar a los demás puede conseguirse de muchas maneras. Escribir o no también es cuestión de tiempo y espacio. Pero que alguien te de ese apoyo no tiene precio ni esfuerzo suficiente.
Más que por volver a escribir, te felicito por eso.
Te envidio sanamente en ese aspecto.
Enhorabuena de nuevo.

Fernando Alcalá dijo...

De eso se trata un poco, Leo, ¿no? de que a través de estos espacios, "ese camino que nos ha escogido" parezca un poco menos solitario.

¡Vamos p'alante!

Tienes toda la razón, Curro, afortunadamente he sabido hacer un hueco en mi vida a la escritura a través de verla como importante y no ocultarlo. Y tengo la inmensas suerte de sentirme apoyado, comprendido y acompañado. Si no fuera por esas personas y por esos tirones de orejas y, sobre todo, por esa compañía, no creo que hubiera llegado. O empezado. Cuando digo siempre que Adhara me obligó es que fue eso: Adhara me obligó. Literalmente.